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Gael Rodríguez

Detrás del tiempo


¿Cómo podemos llegar a obtener una visión acertada, cristalina sobre las cosas cuando padecemos de miopía mental? La mayoría de los seres humanos vivimos sumergidos en inercias de pensamiento, en derivas propias y ajenas que nos llevan de un lado para el otro como si estuviéramos poseídos. Sí, poseídos por nuestras sagas de pensamiento, por los torrentes fluviales de las emociones. Aunque creemos que somos libres, en realidad no lo somos.

¿Cómo obtener un enfoque certero del paisaje en medio de la tormenta? ¿Cuál es la verdad? ¿Cuál es la visión correcta? Aquella que reside en el Ser. Cuando tomamos su mano nos dejamos llevar por la verdadera inercia, la de nuestro corazón. Nos relajamos y permitimos que el timón de nuestro Ser nos guíe. Nos subimos a la barquita y continuamos río abajo, sin esfuerzo, con un remar prolongado, pero ligero. Remamos nuestra vida enfundados en la gracia de la Vida.

Muchas veces no sabemos cómo actuar, cómo seguir. Paramos nuestro caminar, miramos al frente y no vemos qué dirección toma el camino. Como la niebla en las mañanas de invierno, no vemos más allá de nuestras narices. Entonces, el camino nos pide que confiemos, que nos entreguemos y tengamos fe en aquello que no vemos, que no tocamos, pero que está ahí. Nos pide que soltemos, que nos desprendamos de nuestro control mental para darle un voto de confianza al capitán de nuestra vida, al Ser interior.

Aminoramos el ritmo y esperamos a que la niebla se disuelva, sabiendo que tarde o temprano siempre lo hace. Nos rendimos a un poder superior y esperamos a que la visión acertada que reside detrás del tiempo, detrás de todo forma, aparezca. Cuando es así, volvemos a tener claridad y continuamos nuestros pasos.

La vida en sabiduría es una continua y virtuosa espera en fe. Sabiendo de la litigiosa esencia de la mente, de lo volátil y cambiante de la realidad mundana vista desde las creencias que hemos adquirido, nos abrazamos a la fortaleza inamovible de nuestro Ser, a su sabiduría innata.

Al fin y al cabo, ¿quién fija las metas y el ritmo con el que desea llegar a ellas?

Continúa con la apacible lectura de El poder de la fuerza interior y conecta con la fuente divina que vive en ti.

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