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Gael Rodríguez

Ropajes níveos


Cómo me gustan esos días

en los que el cielo se convierte en promesa,

en los que tu luz, tímida todavía,

baña la serranía de mi horizonte,

asustado por el pasar de los años,

acicalado por el vestigio pardo

de lo que fue una multitud,

con su crudo y virginal verdor.

Cómo me gusta

jugar a la adivinanza,

saborear si es un sí

o es un no,

sentir como la vida

se viste de incertidumbre,

su más fiel vestimenta,

contemplar cómo el infinito

se desnuda de sus ropajes níveos,

de su vestido de nubes enamoradas.

¡Qué sé yo

lo que es la vida!,

si todavía estoy aprendiendo

a bañarme en tus ojos de entereza,

góndolas entusiasmadas

con las que navegar

toda una vida en pureza.

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