Normalmente nos encontramos inmersos en una rutina que no nos da posibilidad alguna a que nos conectemos con nuestro verdadero yo. Solemos enfocarnos en nuestros logros, en nuestras ambiciones y deseos sin darnos cuenta del proceso interno que estamos sufriendo.
Puede que no notemos grandes malestares físicos aunque nos encontremos distanciados de nuestro corazón, de la bondad, durante largos años. Eso nos hará creer que no es tan grave el criticarse y reprocharse cosas continuamente, que los daños no son mayores y que perfectamente podemos desarrollar nuestra vida permitiéndonos cierto desamor.
Las enfermedades no tardarán en aparecer y cuando lo hagan, serán difíciles de disipar debido a la gran acumulación de toxicidad en nuestro cuerpo. Nos resultará más difícil sanar si llevamos diez años de maltrato que si lo hemos hecho tan solo por un par de ellos.
Cuanto más pronto despiertes de este sueño mejor te irá. Cuanto más pronto te des cuenta de que estás hecho de amor y que has llegado a este mundo para traer el cielo a la tierra, mayores alegrías podrás disfrutar.
Hoy estás definiendo tu futuro. Hoy, “aquí y ahora”, es cuando estás moldeando, pintando, cómo serán tus próximos años. Ofrécele a tu corazón, a tu alma, un buen alimento para que tu porvenir sea maravilloso y esté cargado de gozo y armonía.
Tú eres el único que puede elegir cómo tratarse, qué relación desea tener consigo mismo. Tú eres el artesano de tu vida. Tú puedes decidir hoy el futuro que pretendes para ti. Cuentas con todo el amor, con todo ese poder infinito, para avanzar en plenitud. Toma conciencia.