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Luz y Gael

Ríete, ahora


Llevamos con nosotros, en nuestro interior, todo aquello que deseamos ser y experimentar. Somos verdaderos alquimistas, magos de nuestra realidad. Podemos convertirnos en todo aquello que queramos. Tenemos dentro una chistera sin fondo, una lámpara de Aladín.

Estamos formados, en última instancia, por partículas de energía, por vacío sin forma. Somos energía con forma humana. Lo que vemos con nuestros ojos también es energía materializada en una mesa, un árbol, un plato, etcétera. Esta energía está unida a toda la energía del Universo. No está separada de nada. No hay límites en su existencia. Puede convertirse y manifestarse en lo que sea, incluso en aquello que todavía no hemos vivido porque no lo conocemos con la mente.

¿Por qué no convertirte en tu alegría? ¿Por qué no transformar un momento de tensión en uno de amor, un momento de tristeza en uno de felicidad? Esta es la verdadera alquimia. Transformar aquellas emociones que nos son dañina en otras que nos son benevolentes. Responder a lo negativo con lo positivo. Puedes hacerlo con los demás y puedes hacerlo contigo mismo.

Si ahora no te sientes bien, porque por ejemplo alguien te ha dañado, experimenta dentro tuya el cambio. Sabes lo que es estar enfadado o herido porque sabes lo que es estar contento. Lo uno existe porque existe lo otro. Van unidos y son inseparables. Conoces los dos estados y no tienes por qué esperar a que suceda algo externo que te cambie el humor. En tu interior tienes una especie de muestra, como una paleta de colores, de cada emoción o sentimiento que has vivido. Rememóralo, tráelo al presente y disfruta dándole cabida tanto al enojo como al perdón. Solo tienes que cambiar un color por otro. Lo más importante es que experimentes dentro de ti una especie de: “Puedo ser esto o puedo ser aquello”. Todo depende de ti.

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